Comienza el II Congreso Mundial de la CSI en Vancouver

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El Segundo Congreso Mundial de la CSI ha sido oficialmente inaugurado el día 23 en Vancouver (Canadá). Más de 1.400 delegados/as de todo el mundo debatirán el futuro del movimiento sindical en torno al tema Ahora los Pueblos – De la crisis a la justicia global. Con un total de 312 organizaciones afiliadas, en representación de un total de 175 millones de trabajadores y trabajadoras miembros procedentes de 155 países y territorios, la CSI, tras cuatro años de existencia, es indiscutiblemente la voz global de la mano de obra en estos tiempos de crisis económica y financiera.

El Congreso de la CSI enfocará su debate en diversos temas, como la crisis financiera y económica mundial, y considerará resoluciones sobre paz, juventud, derechos humanos y sindicales e igualdad. Los delegados del Congreso abordarán cuestiones relativas a las reivindicaciones de los trabajadores/as por la reestructuración y la reforma de la economía mundial, con un énfasis en temas como los derechos de los trabajadores, los trabajadores migrantes, el cambio climático y el VIH/SIDA.

Entre los ponentes y panelistas esperados en el Congreso están Dominique Strauss-Kahn, Director Gerente del Fondo Monetario Internacional; Pascal Lamy, Director General de la Organización Mundial del Comercio; Helen Clark, Directora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo; la Presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner; y Kari Tapiola, Director Ejecutivo de la Organización Internacional del Trabajo.

El Canadian Labour Congress (CLC), que representa a 3,2 millones de miembros, es el anfitrión del Congreso de la CSI. El Presidente del CLC, Ken Georgetti, recordó a los delegados “la orgullosa y activista historia del sindicalismo” de la provincia de Columbia Británica. Propuso que esas tradiciones de solidaridad sindical sirvan para paralizar a los directores ejecutivos y a los bancos, para los cuales “la avaricia pasó por delante de la necesidad”, y que provocaron esta recesión global; y quienes están ahora presionando a los Gobiernos para que emprendan “una absurda reducción del déficit” en vez de proteger los puestos de trabajo y los servicios públicos.

En un discurso retransmitido en directo desde Nueva York, George Papandreou, Primer Ministro de Grecia, habló de los actuales problemas económicos de su país y señaló que Grecia no tiene un fastuoso sistema de bienestar social, como ciertos comentaristas conservativos han afirmado, sino que la crisis proviene de una mala gestión económica. “Durante esta crisis, los sindicatos tienen que luchar más que nunca por los derechos de los trabajadores, por el desarrollo sostenible y por un orden mundial justo”, dijo Papandreou. También abogó por la creación de un impuesto a las transacciones financieras (ITF) a fin de disponer de los ingresos necesarios para la creación de empleo, una economía verde y la asistencia al desarrollo, y para ayudar a “controlar la especulación destructiva”.

La Presidenta de la CSI, Sharan Burrow, indicó que los sindicatos habían advertido a los responsables de la toma de decisiones mundiales de los peligros que suponían los desequilibrios globales y la falta de regulación para refrenar la avaricia corporativa mucho antes de que el sistema financiero mundial estuviera al borde del colapso en 2008. Los líderes políticos reconocieron en un primer momento la necesidad de reequilibrar la economía global y de situar el empleo en el corazón de la recuperación económica, pero durante los dos últimos meses “un Gobierno europeo tras otro está siendo forzado a precipitarse de manera prematura y suicida a implementar medidas de austeridad para apaciguar los temerarios mercados financieros. La posibilidad de una recesión secundaria ya se ha convertido en probabilidad.”

“Nadie discute que la consolidación fiscal no sea importante con el tiempo”, dijo Burrow, “pero la oportunidad del momento es decisiva y requiere una estrategia de crecimiento que pueda absorber la deuda, sin más agresiones a los medios y niveles de vida de los trabajadores ni la amenaza de más turbulencia económica.” Rechazó el enfoque de los que volverían a las malogradas políticas del “Consenso de Washington” de los años 80 y 90, y apoyó en cambio las opciones políticas alternativas presentadas por el movimiento sindical mundial, que consisten en un crecimiento basado en los ingresos, en una mejor protección social, empleos verdes, inversión en la educación e investigación, y la protección de los derechos de los trabajadores y trabajadoras.
El Director General de la OIT, Juan Somavia, en un mensaje trasmitido en su ausencia, declaró que “los sindicatos son una parte indispensable de la economía y de la democracia” y que “el mundo necesita los sindicatos fuertes que todos ustedes están construyendo más que nunca”, ya que recuerdan a los responsables de las tomas de decisiones “la necesidad de centrarse en el déficit social” más que únicamente en los déficits fiscales.

Durante el último día de deliberaciones, que será el viernes, está previsto elegir en el Congreso de la CSI a la nueva comisión directiva para los próximos cuatro años.

La CSI representa a 176 millones de trabajadores y trabajadoras de 312 organizaciones afiliadas nacionales en 155 países y territorios.

LSB-USO
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