Los accidentes laborales afectan a 217 millones de trabajadores europeos

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La Comisión Europea (CE) presentó la semana pasada su nueva estrategia para mejorar la salud y la seguridad en los centros de trabajo, que insiste en la necesidad de conseguir que las pequeñas y medianas empresas (pymes) cumplan con la legislación en la materia y apliquen medidas de prevención.

“Cada año más de tres millones de trabajadores en la Unión Europea (UE) son víctimas de serios accidentes de trabajo y 4.000 mueren a causa de ellos”, sobre todo en el sector de la construcción, dijo el comisario de Empleo y Asuntos Sociales, Laszlo Andor, en la presentación de las orientaciones comunitarias para los próximos años.

Para atajar este problema, que afecta a 217 millones de trabajadores europeos, Bruselas ha creado un marco que recoge las acciones e instrumentos que deberían permitir de aquí a 2020 continuar con la tendencia de mejora registrada en los últimos años y afrontar los retos pendientes.

Para ayudar a estas pequeñas sociedades, que generan gran parte de los empleos en Europa, el Ejecutivo comunitario propone darles asistencia técnica y herramientas prácticas. Así, entre otras medidas, contarán con una plataforma web (denominada OiRA por sus siglas en inglés) en la que podrán encontrar instrumentos para evaluar los riesgos en los diferentes sectores empresariales.

Además, Bruselas apuesta por simplificar la legislación vigente y eliminar barreras administrativas innecesarias.
En la misma línea prevé mejorar los mecanismos que en cada Estado miembro velan por que se cumplan estas normas para lo que plantea aumentar la calidad de las inspecciones de trabajo nacionales mediante el intercambio de datos y buenas prácticas. El Ejecutivo no se encargará, sin embargo, de hacer inspecciones por sí mismo.

Por otra parte, la CE considera prioritario mejorar la prevención no solo de los accidentes, sino de las enfermedades relacionadas con la actividad laboral, estudiando los posibles nuevos riesgos.

Entre estos, Andor destacó los derivados del uso de las nuevas tecnologías o la biotecnología en el trabajo, como los problemas músculo-esqueléticos que según varios estudios están relacionados con el uso de nanotecnologías, por ejemplo. Además, dijo, habrá que tener en cuenta el envejecimiento de los trabajadores europeos.

Corresponde ahora a los países de la Unión decidir cómo plasman estas guías en sus respectivas políticas laborales nacionales. Para aplicarlas podrán contar con financiación de los Fondos Sociales Europeos (FSE) y del Programa para el Empleo y la Innovación Social.

LSB-USO
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