Panrico pago una mordida a UGT y CCOO por mantener la paz social

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El sindicato USO, con presencia en el comité de empresa de la planta de Panrico en Aragón desde el pasado mes de diciembre, denuncia estos hechos y los considera un ejemplo de sindicalismo amarillo.
“Estas prácticas son inmorales, indecentes y nos llevan al desprestigio total del sindicalismo”, denuncia el secretario de Acción Sindical de la Federación de Industria de USO, José Vía.

Desde USO temen que este tipo de actuaciones estén “institucionalizadas” en grandes grupos empresariales y advierten que las denunciarán y harán “todo lo posible por erradicarlas” en todas las empresas en las que consideren que se están llevando a cabo.

“Queremos pensar que no son prácticas avaladas por las direcciones confederales de UGT y CCOO, pero hacen poco por erradicarlas. El sindicalismo se tiene que financiar con sus recursos, vivir con estrecheces y austeridad. Las cuotas que pagan los afiliados son la única manera de ser libres y defender sin cortapisas los intereses de los trabajadores”, remarca Vía.

CCOO denuncia a Panrico por dejar de pagarle ‘mordidas’ y la Audiencia Nacional le da la razón

La Audiencia Nacional ha condenado a Panrico por dejar de pagar ‘mordidas’ a la Federación Agroalimentaria de CCOO después de que el sindicato denunciase el cese de los pagos a los que la compañía se comprometió en 2011 en un acuerdo privado. Tendrán que pagar más de 100.000 euros por “daños patrimoniales y morales por lesión del derecho fundamental de libertad sindical”
La Audiencia Nacional ha condenado a Panrico por dejar de pagar mordidas a la Federación Agroalimentaria de CCOO después de que el sindicato denunciase el cese de los pagos a los que la compañía se comprometió en 2011 en un acuerdo privado.

Como ya publicó este diario, el grupo creado en 1963 por la familia de panaderos leridanos Costafreda abonó facturas a las Federaciones Agroalimentarias de CCOO y UGT entre 2007 y 2010, por gastos de asesoramiento a sus secciones sindicales de centro y por el asesoramiento por la negociación colectiva entre los 12.000 y los 30.000 euros, unos hechos que la Audiencia considera probados.

En 2011, cuando la situación de la compañía se recrudeció a causa de las deudas y el fondo de capital riesgo de Oaktree se hizo con el control del 80% de las acciones, Panrico suscribió un acuerdo por escrito con la Federación Agroalimentaria de CCOO para “dotar de medios suficientes a la legitima representación de los trabajadores para que puedan desarrollar con normalidad su actividad representativa”.

Así, la empresa se comprometió a abonar 30.000 euros anuales al sindicato y a eximir de su obligación de prestar servicios laborales a dos trabajadores para ejercer como delegados institucionales. Sin embargo, Panrico sólo pagó durante un año.

Después de que la Federación Agroalimentaria de CCOO reclamase el cobro de varias facturas, el 6 de junio de 2013, el director de recursos humanos de la empresa envió un correo electrónico al sindicato en el que recordaba los términos del acuerdo suscrito en 2011, cuestionaba su grado de cumplimiento y ofrecía el pago de 10.000 euros para saldar los compromisos alcanzados.

A juicio de Panrico, el sindicato no ha cumplido esos compromisos al mantener “una constante oposición y actitud de enfrentamiento frente a decisiones adoptadas por la compañía tras procesos negociados y acordados con la mayoría de los representantes de los trabajadores” y pone como ejemplo el proceso de impugnación en la aplicación del convenio colectivo de la planta de Santa Perpetua de Mogoda (Barcelona), y de Valladolid.

LSB-USO
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