El TS reconoce pensión vitalicia a un futbolista al que se le negó por su edad

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Estima el recurso de Assemoassa, que jugó solo dos meses en España y sufrió un grave problema de rodilla con su selección. Revoca al TSJ de Cataluña, que consideró que, cuando hizo la petición, con 30 años, había finalizado su carrera profesional.

El Tribunal Supremo ha reconocido el derecho de un futbolista a cobrar una pensión vitalicia porque estima que al solicitar con 30 años la incapacidad permanente total por accidente de trabajo no había finalizado a esa edad su carrera profesional y podría haber seguido en activo de no estar lesionado.

En una sentencia el alto tribunal estima el recurso de Amevou Ludovic Assemoassa, exjugador del Club de Fútbol Ciudad de Murcia y del Granada 74, y revoca el fallo del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que denegó la prestación al entender que por su edad, 30 años, ya había concluido su vida profesional activa.

Assemoassa jugó como futbolista profesional en el C.F. Ciudad de Murcia desde el 17 de febrero al 31 de marzo de 2006 y en el Granada 74 desde el 1 de abril de ese año hasta el 30 de junio de 2006. Dos meses y medio después de su incorporación a este último club el jugador sufrió una lesión en la rodilla derecha cuando jugaba con la selección de Togo en el Mundial de Alemania.

Tras ser operado estuvo de baja más de un año y en la temporada 2010-2011 perteneció al Limonest, club de fútbol francés donde no se ha acreditado que jugara partidos.

El 16 de diciembre de 2010 el futbolista solicitó al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) la incapacidad permanente total derivada de accidente de trabajo alegando que la última empresa en la que había trabajado era Granada 74 Sociedad Anónima Deportiva.

El INSS rechazó su solicitud al entender que no podía considerar dicho accidente como laboral porque no prestaba servicios para una empresa española y que de reconocerse esa situación en todo caso habría que aplicar la normativa francesa.

El Juzgado de lo Social número 14 de Barcelona estimó en parte la demanda del futbolista y declaró la situación de incapacidad permanente total para su profesión habitual derivada de accidente de trabajo.

De esta forma condenó a la Mutua de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales de la Seguridad Social, por subrogación de la empresa, al abono de una pensión vitalicia equivalente al 55 por ciento de su base reguladora de 34.772 euros anuales más los incrementos y las revalorizaciones correspondientes desde el 8 de noviembre de 2011 y absolvió al C.F. Ciudad de Murcia.

Al estimar el recurso de la Mutua el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) revocó la sentencia del Juzgado y confirmó la resolución del INSS, que denegó el reconocimiento de la incapacidad del deportista. En su sentencia el TSJC señalaba que en diciembre de 2010, fecha en la que el futbolista solicitó el reconocimiento de la incapacidad, ya había cumplido los 30 años por lo que había finalizado su vida profesional como deportista.

Sin embargo, de acuerdo con el fiscal, la sentencia del Supremo, de la que ha sido ponente la magistrada Rosa María Virolés Piñol, sostiene que se trata de «un futbolista que ve agravada una lesión sufrida años antes como consecuencia de accidente profesional, que se encuentra en activo cuando solicita la prestación».

Añade que «estaba en plantilla para un club de fútbol y cumplía los requisitos para el reconocimiento de la incapacidad solicitada, por lo que no puede utilizarse en su contra una presunción acerca del fin de su actividad laboral por razones de edad». Para el Supremo «no existe norma alguna que impida a un futbolista el ejercicio de su profesión a los 30 años, y es razonable que a esta edad pueda ejercerse».

LSB-USO
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