Fatiga mental: uno de los riesgos psicosociales del entorno laboral

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La fatiga mental puede definirse como la disminución de la capacidad física y mental de un individuo después de haber realizado un trabajo durante un período de tiempo determinado. Los requerimientos del trabajo vienen determinados, fundamentalmente, por las exigencias de la tarea a realizar; es decir, por el contenido del trabajo o de la tarea. Este, a su vez, depende de la información que debe tratarse o manejarse en el puesto de trabajo. En otras palabras, de la información que el individuo recibe en su puesto de trabajo y a la que debe dar respuesta.

Las respuestas que el trabajador da a cada actividad están influenciadas por las condiciones en las que se realiza la tarea. Esos factores del entorno de trabajo son el ambiente físico; los factores psicosociales y de organización del trabajo; y los factores relacionados con el diseño del puesto.

La consecuencia más directa de una carga mental de trabajo inadecuada es la fatiga mental, que aparece cuando, para realizar una tarea, el trabajador debe hacer un esfuerzo prolongado, al límite de sus capacidades. Es decir, aparece cuando el esfuerzo que se le exige al trabajador excede su capacidad de respuesta.

Síntomas de la fatiga mental

Los síntomas de este tipo de fatiga, que se sienten durante el trabajo o nada más acabarlo, son sensación de cansancio, somnolencia, bajo nivel de atención y torpeza de movimientos. A su vez, se traducen en una serie de efectos con repercusiones personales, económicas y materiales de distinta magnitud.

La fatiga, generalmente, produce un descenso del rendimiento de los trabajadores. Pero también puede ser causa de errores.

Relación entre fatiga laboral y motivación

La fatiga mental puede afectar también a la motivación de los trabajadores. Esta relación entre fatiga y motivación es compleja.

Por un lado, la motivación por una tarea puede disminuir a medida que el trabajador se siente más fatigado; por otro lado, la realización de una tarea con escasa motivación hace que aparezcan antes los síntomas de fatiga.

Y, finalmente, cuando la motivación es alta, puede no sentirse fatiga hasta que esta alcance un nivel muy elevado y peligroso. Es decir, parece que el umbral para la sensación de fatiga es distinto según la motivación que se tenga para realizar una actividad.

Desde USO, recomendamos unas intervenciones en el puesto de trabajo desde la fase de diseño que:

  • se dirijan a la mejora de las condiciones de trabajo.
  • reformulen el contenido de los puestos.

Ambas directrices buscan facilitar el proceso de tratamiento de la información y organizar el trabajo para que los procesos se simplifiquen y, a su vez, se favorezca la pronta recuperación de la fatiga.

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