Riesgos psicosociales para trabajadores de residencias y de ayuda a domicilio

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El envejecimiento de la población y la mayor demanda de servicios de asistencia y cuidados contribuye al crecimiento del sector y, con ello, el número de trabajadores de residencias y de ayuda a domicilio que sufren en su día a día riesgos psicosociales y ergonómicos que ponen en peligro su salud laboral.

El sector de cuidados engloba trabajos exigentes, tanto física como psicológicamente, prestados mayoritariamente por mujeres. Se trata de un sector muy feminizado, ya que nueve de cada diez trabajadores son mujeres, con una edad media en torno a los 50 años. La mayor parte trabaja en el sector privado, donde predominan los contratos indefinidos y a jornada completa.

Los trabajadores de residencias y ayuda a domicilio se enfrentan a una gran variedad de riesgos en su trabajo diario. En USO ya reclamábamos al inicio de la pandemia la inclusión de este colectivo en los niveles de riesgo adecuados a su actividad, al tener contactos estrechos y asistir a personas dependientes con mayor riesgo de contagio. También solicitamos la entrega de EPI conformes al riesgo biológico.

A las preocupaciones propias por el tipo de trabajo que desarrollan, estos trabajadores también se muestran preocupados por la salud de sus allegados y aumentan su preocupación y estrés porque están expuestos a más riesgo de infectarse debido al trabajo que realizan.

En esta información USO explica cuáles son los factores de riesgo a los que se someten los trabajadores de residencias y ayuda a domicilio, los riesgos psicosociales y algunas medidas preventivas a adoptar para minimizar sus efectos.

Factores de riesgo laboral en el sector cuidados

La función básica del cuidado profesional de personas mayores es la asistencia en todas las actividades básicas de la vida diaria. Por ello, los trabajadores de residencias y del Servicio de Ayuda a Domicilio se enfrentan a riesgos ligados al lugar de trabajo -comunes a todos los puestos de trabajo- pero también a una serie de factores de riesgo específicos del puesto, donde los psicosociales y ergonómicos cobran especial relevancia.

Estos riesgos psicosociales y ergonómicos se explican por la atención directa y constante que requieren los usuarios de residencias y de ayuda a domicilio; la elevada carga física diaria a la que hacen frente estos trabajadores y el trabajo a turnos y nocturno. En el caso de las personas trabajadoras de ayuda a domicilio hay que considerar también el trabajo en solitario.

¿Cuáles son los riesgos psicosociales para trabajadores de residencias?

Los factores de riesgo psicosocial son factores ligados a la tarea, a la organización del trabajo, al tiempo de trabajo y a las relaciones personales. Los trabajadores de residencias están expuestos a factores psicosociales o de organización del trabajo que, si no están bien diseñados e implementados, pueden ocasionar graves consecuencias para la salud. Los factores de riesgo psicosocial están a su vez muy condicionados por los factores ergonómicos.

Los principales riesgos psicosociales a los que se enfrentan los trabajadores del sector cuidados son:

  • Estrés.  Los trabajadores de residencias y ayuda a domicilio desarrollan un trabajo altamente exigente, tanto física como psicológicamente, una elevada carga de trabajo, en un tiempo muchas veces escaso, con tareas múltiples, interrupciones e imprevistos frecuentes o ritmos de trabajo muy exigentes.
  • Síndrome del trabajador quemado o burnout. Es una respuesta al estrés laboral crónico. Presenta una triple dimensión de afectación de síntomas: agotamiento emocional, despersonalización y reducida realización personal.
  • El estrés por compasión, una dolencia similar al burnout que se produce por un exceso de empatía con los pacientes, gestionada de forma inapropiada. Es decir, les afecta emocionalmente su situación de una forma extraordinariamente intensa.
  • Casos de violencia. Suelen ser ejercidos por el usuario o familiares y se producen con escasa frecuencia y baja intensidad mientras se produce el servicio. Se pueden producir como consecuencia del tipo de usuarios a atender que, en ocasiones, presentan alteraciones conductuales; de los conflictos entre usuarios, donde la cuidadora actúa como mediadora; y de la relación con usuarios y familiares, a menudo insatisfechos por no ver cumplidas sus expectativas.
  • Alteraciones psicosociológicas, que se derivan del trabajo a turnos, de los cambios repetidos y constantes de horarios de trabajo. Tienen su impacto en la vida social y familiar de las personas cuidadoras y dificulta su conciliación. En el caso del trabajo nocturno, las consecuencias negativas están directamente relacionadas también con el hecho de alterar los ritmos circadianos, funciones fisiológicas con ritmos cíclicos y regulares de 24 horas, especialmente el de vigilia-sueño.

Riesgos psicosociales específicos para ayuda a domicilio

Por otro lado, el trabajo en el servicio de ayuda a domicilio presenta algunas características diferentes y, por tanto, cuenta con algunos factores de riesgo psicosociales específicos, como:

  • Trabajo en solitario.
  • Amplitud y variedad de tareas.
  • Conflicto entre tareas asignadas y expectativas de usuarios.
  • Aumento constante de niveles de dependencia y tareas.
  • Elevado número de domicilios y desplazamientos por jornada.
  • Dispersión geográfica.
  • Ayudas técnicas insuficientes como grúas o sillas de ruedas.
  • Inadecuación del espacio físico de los domicilios.
  • Trato con usuarios en situación de abandono o soledad.
  • Situaciones familiares conflictivas en el domicilio.
  • Escasa valoración o rechazo de usuarios.
  • Indefinición de rol.

¿Cómo pueden prevenir estos trabajadores los riesgos psicosociales?

Algunas posibles medidas preventivas para poder controlar estos riesgos psicosociales y sus efectos sobre la salud de los trabajadores de residencias y ayuda a domicilio son:

  • Planificar las tareas estableciendo objetivos, prioridades y métodos de trabajo. Definir funciones y responsabilidades y adecuar los ritmos y distribuir la carga de trabajo.
  • Diseñar la carga de trabajo teniendo en cuenta todos los demás factores de organización que inciden sobre ella: tareas a realizar, ratios en función del perfil de usuario, imprevistos y picos de trabajo y rotaciones.
  • Contar con la participación de los trabajadores en la planificación de tareas, reparto del trabajo, resolución de incidencias, adquisición de equipos, asignación de turnos, vacaciones, etc., mediante reuniones periódicas u otros canales de participación.
  • Planificar la carga de trabajo de manera que se incluya la realización de tareas de acompañamiento y escucha a los mayores.
  • Dotar de autonomía a las trabajadoras, para establecer el orden de las tareas, elegir el método de trabajo y tomar decisiones ante imprevistos.
  • Facilitar el trabajo en equipo, asignando tareas grupales y no solo individuales.
  • Promover la rotación de puestos en casos de alto riesgo por residentes con mayor grado de dependencia o conflictivos y por monotonía.
  • Distribuir equitativamente residentes por trabajadora, en función de las necesidades y los niveles de dependencia, para evitar sobrecargas de trabajo.

Medidas preventivas específicas para ayuda a domicilio

El trabajo en solitario propio de la ayuda a domicilio, las limitaciones del espacio físico de las viviendas, la falta de ayudas técnicas y los desplazamientos frecuentes hacen necesaria la adopción de algunas medidas específicas, además de las ya propuestas:

  • Realizar reuniones periódicas con mandos y otros trabajadores para recibir instrucciones y contrastar experiencias. Las reuniones se pueden completar con contactos telefónicos entre trabajadoras para intercambiar información, realizar consultas y aligerar la sensación de aislamiento.
  • Habilitar un canal para comunicar situaciones de violencia por parte de usuarios, familiares o terceras personas.
  • Realizar evaluaciones preliminares de las necesidades y problemática de los usuarios para informar a las trabajadoras y ajustar las tareas.
  • Crear un foro de trabajo para analizar las posibles carencias y problemas del entorno doméstico del usuario como la falta de ayudas mecánicas o la adaptación de baños, detectados por las personas trabajadoras, con el fin de gestionar las posibles soluciones.
  • Agrupar la actividad de cada trabajadora por áreas geográficas para optimizar los desplazamientos.
  • Facilitar la sustitución de las bajas por enfermedad, vacaciones y permisos.
  • Formar en técnicas específicas de movilización en el domicilio y manejo de situaciones de violencia.
  • Rotar los puestos de trabajo donde se identifique riesgo de elevada carga física o emocional.
  • Realizar cambios en los horarios de trabajo, previa consulta a las personas trabajadoras.
  • Favorecer el apoyo y la formación por parte de la empresa a la hora de tratar o convivir con familiares especialmente conflictivos.

Todas medidas para hacer frente a los riesgos psicosociales de los trabajadores de residencias y ayuda a domicilio deben proponerse por los delegados en cuanto la empresa les cite para la evaluación de riesgos psicosociales. Se debe fomentar la realización de entrevistas por grupos homogéneos, para que toda la plantilla aporte sus propuestas de mejora.

LSB-USO
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