Joaquín Pérez participa en el Comité Ejecutivo de la CES

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La Confederación Europea de Sindicatos (CES) ha celebrado su Comité Ejecutivo, que ha contado con la participación de Joaquín Pérez, secretario general de USO, y Javier de Vicente, secretario de Acción Internacional y Desarrollo Sostenible. La reunión ha estado marcada por la preocupación ante la segunda ola de covid-19 que está causando graves estragos en Europa.

Segunda oleada de la pandemia en Europa

Para intentar suavizar el impacto de los efectos de la pandemia en el mundo laboral y en la vida de los trabajadores, el Comité Ejecutivo de la CES ha solicitado a los estados que prolonguen las medidas de urgencia y las extiendan a otras categorías de trabajadores precarios y a los autónomos.

La CES ha demandado igualmente a la Comisión Europea la refinanciación para el 2021 del instrumento SURE, que está sirviendo para sufragar los planes de suspensión temporal de empleo -como los ERTE-. De igual forma ha solicitado fijar líneas directrices y prioridades conforme al Pilar Europeo de Derechos Sociales con una plena implicación de los interlocutores sociales.

Si no se toman medidas rápido, existen más de 40 millones de trabajadores que se encuentran en suspensión temporal de empleo que podrían ir al paro. Con ello, se aumentarían los niveles de pobreza entre los europeos. Para USO y la CES también es necesario aumentar o establecer medidas de seguridad para aquellos trabajadores que ponen en riesgo su salud para abastecer los servicios esenciales sin las medidas de protección suficientes, así como regular la baja laboral por covid-19.

El inicio en un breve periodo de tiempo de las vacunaciones podría suponer un alivio importante para los estados miembros. Para la CES, la UE estaría mostrando su eficacia en lo que concierne a la coordinación, el desarrollo, la fabricación y la distribución de la vacuna, así como ante el objetivo de lograr un acceso equitativo a una vacuna gratuita para todos los europeos.

El Comité Ejecutivo de la CES insta a que la Comisión asegure que el precio de la vacuna sea asequible, impidiendo que las farmacéuticas especulen. Es necesario también que Europa vigile a los estados miembros para que prioricen a las personas vulnerables y a aquellas que se encuentran en primera línea frente al virus.

Las negociaciones para los fondos avanzan lentamente

La respuesta a esta crisis está siendo considerablemente mejor a la anterior gracias al lanzamiento del plan de recuperación “Next Generation EU”. Sin embargo, el presupuesto de la UE no es suficiente para garantizar una transición justa hacia una economía neutra en emisiones de carbono; con mejores servicios de salud y servicios esenciales; y capacitada para luchar contra las desigualdades que no han parado de crecer. A pesar de haber aumentado en 16.000 millones el presupuesto acordado el 21 de julio, los fondos para una transición justa y para la solvencia de los trabajadores afectados por reestructuraciones de empresa, siguen sin expandirse.

Una buena noticia ha sido la puesta en marcha de una hoja de ruta para aumentar los recursos propios de la UE, lo que permitiría evitar que la financiación de la recuperación no genere una deuda insostenible para los países. Es importante que esta hoja de ruta sea puesta en marcha a tiempo, sobre la base de las propuestas de la Comisión en relación con la introducción o el fortalecimiento de nuevos instrumentos y mecanismos fiscales a nivel europeo.

La ralentización en la tramitación de los presupuestos y el fondo para la recuperación, causado por el veto de Polonia y Hungría -opuestos a la aprobación de un nuevo reglamento que permite suspender los fondos a aquellos países que vulneren el Estado de Derecho-, ha supuesto un lastre más que la presidencia alemana ha tenido que confrontar. Las negociaciones, sin embargo, parecen avanzar hacia un desenlace positivo inminente; esto supondría la liberación de los fondos para el año que viene.

El sindicalismo europeo y USO, como parte del mismo, instan a no demorar más las ayudas a los países y a vigilar y garantizar que la recuperación sea a través del aumento del gasto en el sistema de salud, en los cuidados y en la ampliación a las ayudas a las personas en situación de suspensión temporal de empleo o desempleadas. De la recuperación debería surgir otro modelo de UE, una que apueste por una economía verde y resiliente con empleos de calidad.

LSB-USO
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