El precio de la luz siguen haciendo estragos en el bolsillo de la ciudadanía con un IPC que cierra agosto al 3,3% y un aumento mensual que se come precisamente la energía. El encarecimiento de la electricidad representa el 70% de la influencia de los diferentes grupos de la cesta de la compra en la subida de agosto.
A pesar del vergonzoso incremento de la luz, que parece no tener límites ni se le están buscando, no es la única mala noticia para la compra habitual de los hogares. El segundo grupo que más sube (supone el 11% del aumento) es el de alimentos y bebidas no alcohólicas; y el tercero, el transporte (9,5%), pues los combustibles tampoco se escapan de la escalada de precios.
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