El modelo de cooperación que nos viene y/o nos quieren imponer

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En la Coordinadora de ONGD de España hace años que se viene debatiendo la participación del sector privado lucrativo en la Cooperación al Desarrollo, que poco a poco los distintos gobiernos nacional y autonómicos por medio de sus Planes Directores han ido introduciendo. Lo que antes era una tímida tendencia, hoy empieza a ser ya un desembarco a toda luz y sin rubor alguno.

Ante una situación de recursos públicos decrecientes para la cooperación al desarrollo y la solidaridad internacional, tanto a nivel central, autonómico y municipal, se quiere intentar compensar este decrecimiento a través de nuevas Alianzas Público-Privadas para el Desarrollo (APPD). La Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) tiene cierto atractivo y sirve para aliviar y blanquear conciencias.

El modelo de cooperación descentralizada de nuestro país ha sido muy original, participativo y plural, se ha hecho Cooperación al Desarrollo por el Gobierno Central, los Gobiernos Autonómicos y muchos ayuntamientos, con muy alta participación y gestión de proyectos por ONGDs, Universidades, Sindicatos, Fundaciones y Asociaciones de muy diversos tipos y salvo contadas excepciones -soy de los que opina y honestamente pienso- han sido fondos públicos bien gastados, justificados según la normativa de cada convocatoria, que han permitido hacer proyectos en sitios y lugares a veces inimaginables y que una cooperación directa gobierno a gobierno, ayuntamiento-ayuntamiento, no lo hubiesen podido hacer… Nunca podremos saber los millones de personas y vidas que hemos salvado de la muerte, por hambruna, desnutrición, enfermedades, los miles y miles de pozos de agua que se han hecho, las miles de escuelas, centros de salud, dispensarios, a los millones de mujeres que a través de microcréditos y acciones de empoderamiento y de igualdad se han hecho en estos últimos 30 años de AOD. Deberíamos saber el balance final de los miles de proyectos y actividades que hemos hecho. Creo que ningunas otras subvenciones públicas hayan hecho tanto bien a las personas de los países empobrecidos y se hayan justificado con el rigor que se ha exigido a las ONGDs.

Si el modelo ha sido válido y no se ha cuestionado, ¿porqué cambiarlo?, ¿porqué restringir los fondos en cooperación?, ¿porqué dar más peso y protagonismo al sector privado lucrativo en este sector?. Nos invaden y nos quieren imponer el pensamiento neo-liberal en todos los quehaceres de nuestras vidas: la competitividad, el consumo, el “tener” como única forma de “ser”, el individualismo, la productividad, los mercados, la cultura del mínimo esfuerzo, el máximo beneficio en el menor tiempo posible, etc.. Ideas y conceptos cada vez más cuestionados por la realidad de los hechos y por una ciudadanía, también, cada vez más informada y/o que puede informarse y organizarse.

El sector privado lucrativo ha visto en la AOD una fórmula para penetrar empresas, productos y servicios en países a través de la Cooperación y de la mano de las ONGDs que de otra manera sería casi imposible acceder y llegar a esas sociedades y mercados. Les sirve como lavado, aseo de imagen y de no pagar impuestos por esas donaciones o proyectos de cooperación, y sobre todo, de imponer unas lógicas de producción, de organización del trabajo y de prioridades culturales y de consumo, además del propio poder que da el manejar cuantiosos fondos públicos y también les sirve para, sin quererlo, o quizás, queriendo empolvar, remover, revolver este mundo de la Cooperación que ha crecido mucho, ha sido y es crítico contra la riqueza que empobrece, denuncian las desigualdades y las injusticias, que van abriendo los ojos a mucha gente, empodera las personas, a las mujeres, a los campesinos, se enseña a pescar y empieza a ser muy molesto al sistema que se está queriendo imponer y hay que neutralizar, desvirtuar su trabajo y qué mejor fórmula si nos hacemos aliados, compartimos proyectos y así frenamos o reconducimos sus mensajes siendo socios. Se comprende, ¿verdad?

La Coordinadora de ONGDs de España entiende, que “ser generador de riqueza económica no significa necesariamente ser generador de desarrollo humano y sostenible. Y por eso mismo, consideramos que el sector privado lucrativo no es “per se” actor de desarrollo”.

Si el sector privado lucrativo quiere contribuir al desarrollo de los países empobrecidos, su inmejorable y mejor contribución es que las empresas allá donde están ubicadas, sea en el norte o en el sur, cumplan con las normas de la OIT, los convenios colectivos vigentes y o pactos con sus trabajadores, paguen sus impuestos, tengan y creen “empleo decente”, respeten y promuevan los DDHH de la población y de sus trabajadores en primer lugar, y abran la participación y democracia en sus empresas… cumpliendo con estas premisas, no tenga la menor duda el sector privado lucrativo y los gobiernos, de que esa es la mejor contribución al progreso y al desarrollo humano y sostenible de la humanidad. Es en suma, el mejor cumplimiento de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Lo demás es opinable y mi opinión la expongo con sinceridad, valentía –ya se que digo cosas que muchos piensan y no dicen– y no vale más que otras opiniones, pero tampoco menos.
Marino de la Rocha de Paz.

Vicepresidente de SOTERMUN-USO.

Presidente de la Coordinadora de ONGD de las Islas Baleares.

LSB-USO
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